Las neoplasias mielodisplásicas o mieloproliferativas (SMD o NMP) son trastornos clonales de origen mieloide, con características tanto displásicas como proliferativas, que no se clasifican correctamente como síndromes mielodisplásicos (SMD) ni como trastornos mieloproliferativos crónicos (TMPC).[1-3] Esta categoría incluye tres trastornos mieloides principales: la leucemia mielomonocítica crónica (LMMC), la leucemia mielomonocítica juvenil (LMMJ) y la leucemia mieloide crónica atípica (LMCa). La enfermedad mieloide con características tanto de SMD como de TMPC, pero que no satisface los criterios de ninguna de las tres entidades SMD o NMP principales se designa como neoplasia mielodisplásica o mieloproliferativa no clasificable (SMD/NMP-NC). La Organización Mundial de la Salud ideó la categoría SMD/NPM para proporcionar una perspectiva menos restringida de los trastornos mieloides, que en algunos casos se superponen.[1-3]
Se desconocen las características etiológicas de las SMD/NMP. Su incidencia varía mucho y oscila desde 3 por 100 000 personas mayores de 60 años al año para la LMMC, hasta solo 0,13 por 100 000 niños de 0 a 14 años por año para la LMMJ.[4] No se cuenta con datos confiables sobre la incidencia de la LMCa, una afección definida recientemente. Se desconoce la incidencia de SMD/NMP-NC.
Las características fisiopatológicas de las SMD/NMP incluyen anomalías en la regulación de las vías mieloides para la proliferación, la maduración y la supervivencia celular. Los síntomas clínicos son resultado de las siguientes complicaciones:[5]
Los pacientes de SMD/NMP no tienen el cromosoma Filadelfia o el gen de fusión BCR::ABL1.
En un consorcio internacional, se propuso el empleo de criterios homogéneos de respuesta para usarlos en los ensayos clínicos porque la gama de manifestaciones clínicas iniciales van desde características mielodisplásicas hasta mieloproliferativas.[6]
La Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica la leucemia mielomonocítica crónica (LMMC) como una neoplasia mielodisplásica/mieloproliferativa (SMD/NMP).[1] La OMS identifica un subtipo displásico y un subtipo proliferativo, así como grupos de pronóstico diferenciados de acuerdo con el recuento de glóbulos blancos (GB) circulantes o el porcentaje de blastocitos en la médula ósea (a mayor porcentaje el pronóstico es más precario).[2]
La LMMC es un trastorno clonal de una célula madre de la médula ósea. La monocitosis es una característica definitoria principal. Este tipo de leucemia tiene características clínicas, hematológicas y morfológicas heterogéneas, que varían desde un predominio mielodisplásico hasta un predominio mieloproliferativo. La transformación en una leucemia mieloide aguda (LMA) presagia un pronóstico particularmente desfavorable.[3]
Las características patológicas de la LMMC son las siguientes:[4,5]
Las siguientes son las características clínicas de la LMMC:[4,5]
La mediana de edad en el momento del diagnóstico de la LMMC está entre los 65 a 75 años, con una predominancia masculina de 1,5 a 3,1.[4,5] Dado que la LMMC se clasifica en el mismo grupo que la leucemia mieloide crónica en algunas encuestas epidemiológicas y en otros casos se clasifica en el grupo de los SMD, no se cuenta con datos de incidencia de la LMMC.[6] Si bien se desconocen las características etiológicas específicas de la LMMC, en algunos casos se relacionaron con la exposición a carcinógenos ambientales, radiación ionizante y citotóxicos.[6]
Desde el punto de vista morfológico, la enfermedad se caracteriza por monocitosis persistente en la sangre periférica (siempre >1 × 109/l) que puede superar los 80 × 109/l, y los monocitos habitualmente representan más del 10 % de los GB.[4,5] Si bien los monocitos maduran en general con una morfología normal, pueden exhibir granulación anormal, núcleo lobulado atípico o cromatina nuclear con dispersión fina.[7] El porcentaje de blastocitos que se observa en la sangre o la médula ósea es inferior al 20 %. Se observa neutrofilia en casi 50 % de los pacientes; los precursores de neutrófilos (por ejemplo, promielocitos y mielocitos) representan más del 10 % de los GB.[8] La anemia normocítica leve es común. Se suele presentar trombocitopenia moderada. Entre los hallazgos en la médula ósea están los siguientes:[4,5,9,10]
En ocasiones hay hepatoesplenomegalia.[4,5] Se observaron fenómenos autoinmunitarios, tales como piodermia gangrenoso, vasculitis y trombocitopenia idiopática en la LMMC.[11] Se debe tener cuidado en la identificación de casos de LMMC con eosinofilia, un subtipo de la LMMC, debido a su relación con una lesión tisular grave secundaria a la desgranulación eosinofílica. En la LMMC con eosinofilia, se observan todos los criterios para la LMMC y el recuento de eosinófilos en la sangre periférica es mayor de 1,5 × 109/l.[6]
Se encontraron mutaciones somáticas recurrentes en la mayoría de los pacientes de LMMC; entre ellas, mutaciones que afectan moléculas de señalización (en especial en NRAS, KRAS, JAK2 y SETBP1), reguladores epigenéticos (en especial en TET2 y ASXL1), factores de empalme (en especial en SRSF2) y factores de transcripción (en especial en RUNX1).[12-15] El uso de un sistema de puntuación específico para el pronóstico de la LMMC permite diferenciar cuatro grupos de riesgo a partir de los siguientes factores:[16]
El grupo de mejor pronóstico tiene una mediana de supervivencia de más de 10 años sin transformación leucémica durante la primera década de seguimiento. El grupo de pronóstico más precario tiene una mediana de supervivencia de 20 meses y una proporción de transformación a LMA del 50 % al cabo de 2 años.[16]
Los siguientes son algunos de los factores pronósticos relacionados con la supervivencia:[17,18]
En casi el 15 % al 20 % de los casos se presenta progresión a una leucemia aguda.[17,18]
CPSS-Mol es un sistema de puntuación pronóstica específico de la LMMC que incorpora datos genético-moleculares, en especial mutaciones en RUNX1, NRAS, SETBP1 y ASXL1. Este sistema diferencia la enfermedad de bajo riesgo con medianas de supervivencias superiores a 10 años y la enfermedad de riesgo alto con medianas de supervivencia de 2 a 4 años.[16]
El diagnóstico de la LMMC suele hacerse después de los 70 años. La evolución clínica de la LMMC va desde una enfermedad de bajo grado de malignidad o quiescente hasta progresión a enfermedad agresiva o de gran malignidad que termina en citopenias graves o evoluciona a una leucemia aguda. La evaluación de los factores de riesgo y la velocidad de avance de la enfermedad en el tiempo quizás ayude a diferenciar a los pacientes que necesitan tratamiento de los que se atenderían mejor con un abordaje de conducta expectante. Es posible que la mejor opción para los pacientes asintomáticos con bajo riesgo de progresión es abstenerse de tratamiento.[19,20]
Los pacientes con enfermedad de riesgo alto que son lo bastante jóvenes y tienen un estado físico apropiado podrían recibir un trasplante de células madre (TCM) alogénico. Este tratamiento es el único abordaje potencialmente curativo de la LMMC. Los fármacos hipometilantes como la azacitidina y la decitabina suelen administrarse antes del TCM alogénico para inducir citorreducción y mitigar las citopenias.[21,22] En informes retrospectivos con un número bajo de pacientes con LMMC (intervalo, 12–80) que recibieron TCM alogénico, se notificaron tasas de recidiva del 20 % al 40 % y tasas de supervivencia general (SG) a 5 años del 20 % al 30 %.[23-28][Nivel de evidencia C3]
En una revisión retrospectiva de 1114 pacientes con LMMC diagnosticados entre 2000 y 2014 participaron 384 pacientes sometidos a TCM alogénico.[29] Al cabo de una mediana de seguimiento de 51 a 78 meses (en 2 grupos de datos), el TCM alogénico en pacientes con LMMC de bajo riesgo fue perjudicial, con una tasa de SG a 5 años del 20 % en los pacientes que recibieron un TCM alogénico y del 42 % en los pacientes que no recibieron un TCM alogénico (P < 0,001).[29][Nivel de evidencia C1] En los pacientes con LMMC de riesgo alto no se observaron diferencias estadísticamente significativas en las tasas de SG a 5 años entre los pacientes tratados o no con TCM alogénico (27 vs. 15 %, respectivamente; P = 0,13).
En dos ensayos clínicos aleatorizados prospectivos se comparó el uso de un fármaco hipometilante, azacitidina, con la mejor atención de apoyo en pacientes con síndromes mielodisplásicos (SMD). En los ensayos participaron muchos pacientes con SMD así como unos pocos (menos de 25) con LMMC.[30,31] Las tasas de respuesta general superaron el 60 % en los pacientes que recibieron azacitidina, pero los datos no permitieron la evaluación específica de los pacientes con LMMC.[30,31][Nivel de evidencia C3] En varios ensayos de fase II se notificaron tasas de respuesta del 30 % al 60 % en los pacientes con LMMC que recibieron fármacos hipometilantes.[32-36] Es posible que la azacitidina y la decitabina corrijan las citopenias, produzcan citorreducción de los recuentes elevados de GB, reduzcan el tamaño del bazo y mejoren los síntomas clínicos (como la pérdida de apetito y el prurito).
La hidroxiurea se ha utilizado para otras enfermedades con mieloproliferación crónica, como la trombocitopenia y la mielofibrosis. Estas aplicaciones indican el uso de hidroxiurea para la LMMC con leucocitosis, trombocitopenia y esplenomegalia.[37] En un ensayo clínico aleatorizado prospectivo de 105 pacientes con LMMC, la hidroxiurea (hasta 4 g/día) se comparó con el etopósido.[38] Al cabo de una mediana de seguimiento de 11 meses, la mediana de SG fue de 20 meses en los pacientes que recibieron hidroxiurea y de 9 meses en los pacientes que recibieron etopósido (P < 0,0001).[38][Nivel de evidencia A1]
En un ensayo aleatorizado prospectivo, 170 pacientes con un diagnóstico nuevo de LMMC avanzada recibieron decitabina intravenosa o hidroxiurea (1–4 g/día). Al cabo de una mediana de seguimiento de 17,5 meses, no se presentó diferencia estadísticamente significativa en la supervivencia sin complicaciones (12,1 meses en los pacientes que recibieron decitabina y 10,3 meses en los pacientes que recibieron hidroxiurea; cociente de riesgos instantáneos, 0,83; intervalo de confianza [IC] 95 %, 0,59–1,16; P = 0,27). No se observó diferencia estadísticamente significativa en la mediana de SG (16,3 meses en los pacientes que recibieron decitabina y 21,9 meses en los pacientes que recibieron hidroxiurea; P = 0,67).[39][Nivel de evidencia A1] Aunque la decitabina redujo la progresión de la LMMC o la transformación a LMA en un 38 %, en comparación con la hidroxiurea, esto se neutralizó por un 55 % de incremento en muertes no causadas por progresión (relacionadas con infección). No hay datos que indiquen que la profilaxis antibiótica sistémica hubiera ayudado a los pacientes que recibieron la decitabina.
En un ensayo de fase II, 13 pacientes que no habían recibido hipometilantes y tenían una LMMC de riesgo alto fueron tratados con azacitidina o decitabina y venetoclax. Al cabo de una mediana de seguimiento de 14,1 meses, la tasa de respuesta general fue del 85 % (11 de 13 pacientes), incluso 2 pacientes con respuesta completa y una mediana de duración de la respuesta de 17,9 meses.[40,41][Nivel de evidencia C3] De estos pacientes, 6 recibieron un TCM alogénico subsiguiente.
En un estudio retrospectivo participaron 21 pacientes con LMMC de riesgo alto que recibieron cladribina y dosis bajas de citarabina alternada con azacitidina o decitabina. Los pacientes tuvieron una tasa de respuesta objetiva del 33 % (50 % en pacientes que tenían LMMC y no habían recibido hipometilantes y 23 % en pacientes con LMMC que no respondieron al tratamiento con hipometilante).[41][Nivel de evidencia C3]
En un estudio de fase I/II de 23 pacientes con síndrome mielodisplásico de riesgo alto y compromiso superior al 5 % de células en la médula ósea, participaron 10 pacientes con LMMC. Todos los pacientes recibieron azacitidina y venetoclax. Al cabo de una mediana de seguimiento de 13,2 meses, la tasa de respuesta general fue del 87 % (IC 95 %, 66–97 %).[42][Nivel de evidencia C3]
Realizar una búsqueda avanzada en inglés de los ensayos clínicos sobre cáncer auspiciados por el NCI que ahora aceptan pacientes. La búsqueda se puede simplificar por ubicación del ensayo, tipo de tratamiento, nombre del fármaco y otros criterios. También se dispone de información general sobre los ensayos clínicos.
Nota: según el sistema French-American-British, la leucemia mielomonocítica juvenil (LMMJ) se clasifica como un síndrome mielodisplásico (SMD).[1] La clasificación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) eliminó la LMMJ de los SMD y la ubicó en una categoría nueva de neoplasias mielodisplásicas o mieloproliferativas (SMD/NMP).[1-3]
La LMMJ (conocida también como leucemia mielomonocítica crónica juvenil) es una neoplasia hematopoyética maligna poco frecuente de la infancia que representa el 2 % de todas las leucemias infantiles.[4] Una variedad de características clínicas y de laboratorio diferencian la LMMJ de la leucemia mieloide crónica tipo adulto, afección que solo ocasionalmente se observa en los niños. Para llegar a un diagnóstico definitivo de los niños con características clínicas que indican LMMJ, se necesita lo siguiente:[5-7]
Criterios principales (son necesarios los tres)
Criterios menores (son necesarios dos o más)
Entre las características clínicas de la LMMJ en el momento de la presentación inicial se incluyen las siguientes:[5-9]
Las características clínicas y de laboratorio de la LMMJ se asemejan mucho a diferentes enfermedades infecciosas, incluso las siguientes:
Las pruebas de laboratorio permiten determinar si la LMMJ o las enfermedades infecciosas afectan los hallazgos clínicos y hematológicos.[5,6,10-12]
La LMMJ se presenta generalmente en niños pequeños (mediana de edad aproximada, 1 año) y es más frecuente en varones (proporción entre hombre y mujeres de alrededor de 2,5:1). Se desconoce la causa de la LMMJ.[6,7] Los niños con neurofibromatosis tipo 1 (NF1) se enfrentan a un riesgo mayor de padecer LMMJ, y hasta un 14 % de los casos se manifiestan en niños con NF1.[9,13]
Desde el punto de vista morfológico, el panorama de la sangre periférica en esta enfermedad revela leucocitosis, anemia y, con frecuencia, trombocitopenia.[6-9,14,15] La mediana del recuento de glóbulos blancos notificada oscila entre 25 × 109/l y 35 × 109/l. No obstante, en el 5 % al 10 % de los niños con LMMJ es de más de 100 × 109/l. La leucocitosis incluye neutrófilos, promielocitos, mielocitos y monocitos. Los blastocitos, incluso los promonocitos, en general representan menos del 5 % de los glóbulos blancos y siempre menos del 20 %. Se observan con frecuencia glóbulos rojos nucleados. La trombocitopenia es característica y puede ser grave.[6-9,14,15] Los hallazgos en la médula ósea incluyen los siguientes:[6,7,9,14,15]
Una característica distintiva de las células de la LMMJ es la proliferación espontánea in vitro sin añadir estímulos exógenos, una capacidad resultante de la hipersensibilidad de las células leucémicas al GM-CSF.[16,17] No presenta cromosoma Filadelfia o gen de fusión BCR::ABL1. Si bien se observan anomalías citogenéticas, como la monosomía 7, en el 30 % al 40 % de los pacientes, ninguna es específica de la LMMJ.[6,15,18] En la LMMJ relacionada con NF1, es común la pérdida del alelo NF1 normal y, en algunos pacientes de LMMJ sin el fenotipo de NF1, la pérdida de la heterocigosidad para NF1.[18] Esta alteración genética conlleva la pérdida de neurofibromina, una proteína implicada en la regulación de la familia de oncogenes RAS.[18] Se informaron mutaciones puntuales de RAS en las células leucémicas en el 20 % de los pacientes de LMMJ.[6,19]
La mediana de supervivencia oscila entre 10 meses y más de 4 años, de acuerdo, en parte, con el tipo de tratamiento que se elija.[8,9,20] El pronóstico se relaciona con la edad en el momento del diagnóstico. El pronóstico es mejor en el caso de niños menores de 1 año en el momento del diagnóstico. Los niños mayores de 2 años en el momento del diagnóstico tienen un pronóstico mucho más precario.[6,8] Un recuento plaquetario bajo y una concentración alta de Hg F se relacionaron con un pronóstico menos favorable.[9,14] Alrededor del 10 % al 20 % de los casos se convierten en leucemia aguda.[8,9]
No se dispone de una terapia eficaz de manera uniforme para la LMMJ. Históricamente, más del 90 % de los pacientes murieron a pesar de la administración de quimioterapia.[21] Los pacientes parecieron seguir tres cursos clínicos distintos:
En un análisis retrospectivo reciente se describió a 60 niños con LMMJ tratados con quimioterapia (intensiva y no intensiva) o trasplante de médula ósea (TMO) de donante emparentado (hermano) o no emparentado con compatibilidad de antígenos leucocitarios humanos (HLA), o trasplante de médula ósea autógena. La mediana de supervivencia fue de 4,4 años.[8][Nivel de evidencia C1]
El TMO parece ofrecer la mejor posibilidad de curación de la LMMJ.[4,9,20-23] A continuación se resumen los desenlaces de 91 pacientes de LMMJ tratados con un TMO en 16 informes diferentes: 38 pacientes (41 %) estaban aún con vida en el momento del informe, incluso 30 de los 60 (50 %) pacientes que recibieron injertos de donantes emparentados con compatibilidad de HLA o con incompatibilidad de un solo antígeno, 2 de 12 (17 %) que recibieron trasplantes de donantes incompatibles y 6 de 19 (32 %) que recibieron trasplantes de donantes no emparentados compatibles.[4]
En un estudio retrospectivo en el que se investigó la función del TMO para la leucemia mielomonocítica crónica (LMMC), se evaluó a 43 niños con LMMC sometidos a TMO. En 25 casos, el donante fue un pariente con HLA idéntico o con un antígeno dispar, en 4 casos el donante fue un pariente incompatible y en 14 casos el donante no emparentado era compatible. Los regímenes de acondicionamiento comprendieron radioterapia total del cuerpo y quimioterapia en 22 pacientes, y busulfano con otros fármacos citotóxicos en los pacientes restantes. El injerto falló en 6 de 43 pacientes (14 %), 5 de los cuales recibieron trasplantes de donantes alternativos. Las probabilidades de mortalidad a raíz del trasplante en el caso de los niños que recibieron el trasplante de donantes emparentados con HLA idéntico o con un antígeno dispar, o de donantes no emparentados compatibles o de parientes incompatibles fueron del 9 y el 46 %, respectivamente. La probabilidad de recaída para todo el grupo fue del 58 %; la tasa de supervivencia sin complicaciones (SSC) a 5 años fue del 31 %. Los autores de este estudio concluyeron que los niños con LMMC y un pariente con HLA compatible se deben someter al trasplante tan pronto como sea posible.[20][Nivel de evidencia C2]
En un estudio retrospectivo realizado en Japón, se evaluaron los expedientes de 27 niños con LMMJ sometidos a un trasplante alogénico de células madre hematopoyéticas (TCMH) a fin de determinar la función de diferentes variables que repercuten potencialmente en el desenlace. Los donantes fueron hermanos con HLA idéntico en 12 casos, donantes no emparentados con compatibilidad de HLA en 10 casos, y donantes con incompatibilidad de HLA en 5 casos. Se utilizó radioterapia dirigida a todo el cuerpo en 18 casos. A los 4 años del TCMH, las tasas de SSC y supervivencia general (SG) fueron del 54,2 % (+/- 11,2 % error estándar [ES]) y 57,9 % (+/- 11,0 % ES), respectivamente. Seis pacientes murieron por recaída y tres por complicaciones. Los pacientes con cariotipos anormales tuvieron una SG significativamente más baja que aquellos con cariotipos normales (P < 0,001). Los pacientes menores de un año tuvieron una SG significativamente más alta que los niños mayores de 1 año. Otras variables estudiadas no se relacionaron con la SG. Un análisis multivariante de estos factores indicó que el cariotipo anormal fue el único factor de riesgo significativo para una SG más baja.[24][Nivel de evidencia C1] Cinco de 10 pacientes de LMMJ respondieron a la administración oral de isotretinoína (es decir, 2 respuestas completas, 3 respuestas parciales); la mediana de duración de la respuesta fue 37 meses. El tratamiento con isotretinoína se relacionó con disminución en la formación espontánea de colonias y en la hipersensibilidad al GM-CSF.[25]
Las terapias dirigidas a moléculas que están en evaluación incluyen el uso de inhibidores de la farnesiltransferasa para evitar la maduración de la proteína RAS, lo que puede producir aumento de la apoptosis de las células tumorales e inhibición de su proliferación.[17,26]
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La leucemia mieloide crónica atípica (LMCa) es un trastorno leucémico que presenta elementos mielodisplásicos y mieloproliferativos en el momento del diagnóstico.
La leucemia mielógena crónica atípica (LMCa) tiene las siguientes características patológicas:[1]
Las siguientes son algunas de las características clínicas de la LMCa:[1-4]
Si bien se observan anomalías citogenéticas hasta en el 80 % de los pacientes de LMCa, ninguna es específica.[1-3,5] No se presenta cromosoma Filadelfia ni gen de fusión BCR::ABL1.
Se desconoce la incidencia exacta de la LMCa. La mediana de edad en el momento del diagnóstico de este trastorno leucémico poco frecuente se ubica en la séptima o la octava década de vida.[1-3]
Desde el punto de vista morfológico, la LMCa se caracteriza por mielodisplasia relacionada con patrones en la médula ósea y la sangre periférica similares a los de la leucemia mieloide crónica pero, en el análisis citogenético, no se observa cromosoma Filadelfia ni gen de fusión BCR::ABL1.[1] El recuento de glóbulos blancos en la sangre periférica es variable. La mediana de valores oscila entre 35 × 109/l y 96 × 109/l, y algunos pacientes pueden tener recuentos de glóbulos blancos de más de 300 × 109/l.[1-3,5] Los blastocitos en la sangre periférica generalmente representan menos del 5 % de los glóbulos blancos. Los neutrófilos inmaduros suelen llegar a un total del 10 % al 20 %, o más.[1] El porcentaje de monocitos casi nunca es superior al 10 %. Se puede presentar basofilia mínima.[1-3,5] En los neutrófilos, es posible observar anomalías nucleares, como la anomalía adquirida de Pelger-Huët. Son comunes la anemia moderada (que a menudo exhibe cambios indicativos de diseritropoyesis) y la trombocitopenia.[1-4] Entre los hallazgos en la médula ósea se incluyen los siguientes:[1-3,5]
Se informó que la mediana de supervivencia de la LMCa es menos de 20 meses y la trombocitopenia y la anemia marcadas son factores de pronóstico precario.[1,2] La LMC atípica evoluciona y se convierte en leucemia aguda en cerca del 25 % al 40 % de los pacientes.[1,3] En el resto, las complicaciones mortales fueron leucocitosis resistente, anemia, trombocitopenia, hepatoesplenomegalia, hemorragia cerebral relacionada con trombocitopenia e infección.[3,4]
El tratamiento óptimo de la LMCa es incierto, debido a la incidencia inusual de este trastorno leucémico crónico. Es posible que el tratamiento con hidroxiurea produzca remisiones parciales breves de 2 a 4 meses de duración.[4] La LMC atípica parece responder de forma deficiente al tratamiento con interferón-α.[4]
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La neoplasia mielodisplásica o mieloproliferativa no clasificable (SMD/NMP-NC) (conocida también como síndrome mieloproliferativo o mielodisplásico combinado no clasificable y síndrome de superposición no clasificable) revela características de trastorno mieloproliferativo y trastorno mielodisplásico, pero no satisface los criterios de ninguna de las otras entidades SMD/NMP.[1]
Los criterios para el diagnóstico en el caso de SMD/NMP-NC son uno de los dos casos siguientes:[1]
Entre las características clínicas de SMD/NMP-NC se incluyen las siguientes:
Se desconoce la incidencia y las características etiológicas del SMD/NMP-NC.
Las características de laboratorio generalmente incluyen anemia y eritrocitos dimórficos en los frotis de sangre periférica.[1] Se observa trombocitosis (recuento plaquetario de más de 600 × 109/l) o leucocitosis (recuento de glóbulos blancos de más de 13 × 109/l). Los neutrófilos pueden tener características displásicas y tal vez se encuentren plaquetas gigantes o hipogranulares. Los blastocitos constituyen menos del 20 % de los glóbulos blancos y de las células nucleadas de la médula ósea. La médula ósea es hipercelular y puede exhibir proliferación en cualquiera de los linajes mieloides o en todos ellos. Las características displásicas están presentes en por lo menos una línea celular.[1]
No hay hallazgos citogenéticos o moleculares disponibles que sean específicos para SMD/NMP-NC. En una serie pequeña, 6 de 9 pacientes (aquellos con sideroblastos en anillo relacionada con una trombocitosis pronunciada [RARS-T]) exhibieron una mutación JAK2 V617F causando así una activación generalizada de la tirosina–cinasa JAK2 (una mutación que también se observa por lo común en pacientes de policitemia vera, trombocitemia esencial y mielofibrosis idiopática).[2] Dada su incidencia poco común, se desconoce el pronóstico y los factores predictivos.[1]
Los pacientes adultos con SMD/NMP relacionadas con reordenamientos del gen del receptor del factor de crecimiento derivado de plaquetas, son aptos para recibir mesilato de imatinib en dosis estándar.[3] Dado que el SMD/NMP-NC es poco frecuente, es escasa la información bibliográfica que aborda el tratamiento del SMD/NMP-NC. La atención de apoyo incluye el tratamiento de las citopenias e infecciones, según sea necesario.
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Los resúmenes del PDQ con información sobre el cáncer se revisan con regularidad y se actualizan a medida que se obtiene nueva información. Esta sección describe los cambios más recientes introducidos a este resumen a partir de la fecha arriba indicada.
Información general sobre las neoplasias mielodisplásicas o mieloproliferativas
Se añadió texto para indicar que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ideó la categoría SMD/NPM para proporcionar una perspectiva menos restringida de los trastornos mieloides, que en algunos casos se superponen (se citó a Loghavi et al. como referencia 3).
Se revisó el texto para indicar que los síntomas clínicos de las SMD/NPM incluyen complicaciones de la infiltración leucémica de varios sistemas orgánicos, en especial el bazo y el hígado.
Tratamiento de la leucemia mielomonocítica crónica
Se revisó el texto para indicar que la OMS identifica un subtipo displásico y un subtipo proliferativo de la LMMC, así como grupo de pronóstico diferenciados de acuerdo con el recuento de glóbulos blancos circulantes o el porcentaje de blastocitos en la médula ósea.
Se añadió texto para indicar que CPSS-Mol es un sistema de puntuación pronóstica específico de la LMMC que incorpora datos genético-moleculares, en especial mutaciones en RUNX1, NRAS, SETBP1 y ASXL1. Este sistema diferencia la enfermedad de bajo riesgo con medianas de supervivencias superiores a 10 años y la enfermedad de riesgo alto con medianas de supervivencia de 2 a 4 años.
La sección Aspectos generales del tratamiento se revisó por completo.
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PDQ® sobre el tratamiento para adultos. PDQ Tratamiento de las neoplasias mielodisplásicas o mieloproliferativas. Bethesda, MD: National Cancer Institute. Actualización: <MM/DD/YYYY>. Disponible en: https://www.cancer.gov/espanol/tipos/mieloproliferativas/pro/tratamiento-mds-mpd-pdq. Fecha de acceso: <MM/DD/YYYY>.
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Para obtener más información sobre las opciones para comunicarse con el NCI, incluso la dirección de correo electrónico, el número telefónico o el chat, consultar la página del Servicio de Información de Cáncer del Instituto Nacional del Cáncer.