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Ahora hay más adultos jóvenes que adolescentes que prueban cigarrillos por primera vez

, por el Equipo del NCI

Según un nuevo estudio, ahora hay más adultos jóvenes que adolescentes que prueban cigarrillos por primera vez o se convierten en fumadores habituales. 

Fuente: iStock

En las últimas décadas en los Estados Unidos, se observó una enorme disminución en la cantidad de adolescentes que fuman cigarrillos. Pero según un nuevo estudio, aumentó la edad promedio en la que las personas prueban cigarrillos por primera vez o empiezan a fumar con regularidad.

Las iniciativas para el control del tabaquismo durante las décadas anteriores tuvieron muchísimo éxito. Hoy en día, menos del 14 % de los adultos en los Estados Unidos fuman cigarrillos, en comparación con casi 43 % en 1965. En los adolescentes, la disminución fue aún más grande. Por ejemplo, en los estudiantes del último año de la escuela secundaria en los Estados Unidos, el consumo diario de cigarrillos bajó del nivel máximo de 33,5 % a mediados de los años noventa a solo 2,4 % en 2019.

Sin embargo, en el estudio se indicó que durante los últimos 20 años hubo un cambio en el comportamiento del consumo de cigarrillos: aumentó la edad en la que las personas suelen comenzar a fumar. La edad de inicio pasó de la mitad de la adolescencia al final de la adolescencia e incluso a después de la adolescencia (cuando se llaman "adultos jóvenes"). Los resultados se publicaron el 6 de octubre en la revista JAMA Network Open.

"Durante mucho tiempo se decía que si tan solo pudiéramos hacer que los niños y adolescentes no probaran cigarrillos hasta después de los 18 años, ya no habría de qué preocuparse", comentó la doctora Jessica Barrington-Trimis, de la Universidad del Sur de California, que dirigió el nuevo estudio. "Creo que hoy es una manera equivocada de ver las cosas".

"En esta investigación se destaca muchísimo que cambió la edad en que tiende a comenzar el consumo de cigarrillos", puntualizó la doctora Annette Kaufman, de la División de Investigación sobre Control del Tabaco del NCI, que no participó en el estudio. "Hoy no solo son los adolescentes quienes están en riesgo de comenzar a fumar. También necesitamos prestar mucha atención a los adultos jóvenes". 

Un riesgo evitable

A pesar de la enorme caída en el número de personas que fuman cigarrillos, el tabaquismo en los Estados Unidos todavía es una de las principales causas de cáncer y de muertes por cáncer que es posible evitar. No solo aumenta el riesgo de cáncer de pulmón. También aumenta el riesgo de muchos otros tipos de cáncer, como los de garganta, estómago y vejiga; además del riesgo de enfermedades del corazón, accidentes cerebrovasculares y otras enfermedades graves.

Sin embargo, dejar de fumar cigarrillos es difícil. Cada año, menos del 10 % de los fumadores que intentan dejar de fumar logran hacerlo. Por eso, los expertos en salud pública dedican gran parte de sus esfuerzos a conseguir que las personas nunca comiencen a fumar.

En estudios anteriores, los investigadores hallaron que casi 90 % de los adultos que fuman cigarrillos a diario los probaron por primera vez antes de los 18 años. Por este motivo, los adolescentes han sido el blanco principal de las iniciativas de prevención del tabaquismo, explicó la doctora Barrington-Trimis. "Pero en nuestro trabajo reciente, observamos que hay una cantidad considerable de adultos jóvenes que inician el consumo de cigarrillos" en ese grupo de edad, comentó la doctora.

Para examinar las tendencias nacionales en cuanto a la edad en que las personas comienzan a fumar, la doctora Barrington-Trimis y sus colegas analizaron casi 20 años de datos de la Encuesta Nacional de Salud y Consumo de Drogas. En esta encuesta anual se obtiene información sobre el consumo de tabaco, alcohol y otras drogas mediante una muestra representativa de personas en los Estados Unidos que tienen 12 o más años de edad.

El equipo se concentró en examinar datos recopilados entre 2002 y 2018 de más de 71 000 participantes que tenían 22 o 23 años en el momento de responder a la encuesta. La proporción de personas de 22 y 23 años que alguna vez fumaron todo o parte de un cigarrillo disminuyó del 75 % al 51 % durante el período del estudio, y la proporción de quienes alguna vez fumaron a diario por lo menos durante 30 días, disminuyó del 41 % al 20 %.

Además, la edad en que empezaron a fumar aumentó de a poco durante ese período, según los resultados.

En particular, entre las personas que fumaron alguna vez antes de los 22 o 23 años, aumentó la proporción de quienes notificaron que fumaron por primera vez cuando tenían entre 18 y 23 años: de alrededor del 20 % en 2002 a más del 42 % en 2018. Entre quienes respondieron que pasaron a fumar a diario, también aumentó la proporción que notificó haberlo hecho al ser adultos jóvenes: de alrededor del 39 % en 2002 a casi el 56 % en 2018.

En el estudio se destaca "la nueva necesidad de crear actividades para que el control del tabaquismo se concentre más en la disminuir el consumo de tabaco en los adultos jóvenes", puntualizaron el doctor Ollie Ganz y la doctora Cristine Delnevo, de la Universidad Rutgers, en un editorial adjunto.

No obstante, ambos agregaron, "creemos que es importante reconocer que estos hallazgos surgen del enorme éxito de salud pública que logró una disminución considerable del consumo de cigarrillos en los adolescentes y adultos jóvenes". 

Adultos jóvenes: un grupo difícil de alcanzar

Dado el éxito indudable que tuvo el control del tabaquismo en disminuir el consumo de cigarrillos de los adolescentes, los investigadores se preguntan ahora cómo continuar ese logro e incluir a los adultos jóvenes. 

Como parte del acuerdo general con la industria tabacalera de 1998 ("Master Settlement Agreement" o MSA), las empresas tabacaleras tienen prohibida la comercialización directa o indirecta de sus productos a los jóvenes de 18 o menos años. 

La doctora Kaufman dijo que "las estrategias de comercialización de las empresas tabacaleras se pueden dirigir en forma explícita al grupo más joven dentro de ese límite legal, y esos son los adultos jóvenes". "Pero los productos de tabaco aún se comercializan en tiendas y predominan en otros lugares, como los medios de entretenimiento, que es donde muchos jóvenes y adultos jóvenes los ven".

"Incluso antes del MSA… los adultos jóvenes eran un grupo de consumidores importante para la industria tabacalera. Una de las empresas tabacaleras se refirió de manera infame a los adultos jóvenes como 'los reemplazantes de los fumadores' que dejan de fumar o se mueren", escribieron los doctores Ganz y Delnevo. "Después del MSA, las estrategias de comercialización y las iniciativas de promoción dirigidas a los adultos jóvenes de la industria tabacalera solo se intensificaron".

La promoción generalizada de productos de tabaco a los adultos jóvenes coincide con una disminución de los mensajes de prevención dirigidos al grupo de 18 y más años, explicó la doctora Barrington-Trimis. "Una vez que los adolescentes cumplen 18 años se dispersan mucho más", comentó la doctora. 

Algunos se van a la universidad, mientras que otros comienzan una carrera militar o trabajan, explicó la doctora. Algunos se quedan en casa, otros se mudan con gente de la misma edad. Agregó que "se hace mucho más difícil encontrarlos para comunicar los mensajes de prevención".

Aunque a veces es más complicado llegar a los adultos jóvenes con mensajes contra el tabaco, hubo avances recientes en la restricción de la venta de tabaco a este grupo de edad, aclaró la doctora Kaufman. Por ejemplo, al final de 2019, entró en vigencia en todo el país la ley Tabaco 21.  Esta ley hace que sea ilegal que los minoristas vendan a los menores de 21 años de edad cualquier tipo de producto de tabaco, como cigarrillos, tabaco sin humo, pipa de agua y cigarrillos electrónicos.

La doctora Kaufman explicó que las investigaciones futuras nos ayudarán a entender cómo estas leyes influyen en el consumo de cigarrillos entre los adultos jóvenes. Por ahora, sin embargo, "debemos reforzar nuestras políticas integrales sobre el control del tabaco", dijo la doctora. Esto incluye consolidar la reglamentación federal sobre los productos de tabaco, aumentar bastante el precio de los productos de tabaco, fortalecer las leyes sobre el aire libre de humo de tabaco, ampliar las iniciativas para ayudar a que las personas dejen de fumar y hacer campañas de educación contra el tabaco.

La doctora agregó que "estos son los componentes de cualquier estrategia eficaz para evitar que los adultos jóvenes comiencen a fumar o se conviertan en fumadores habituales".

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