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Juntos logramos más para acabar con el cáncer que conocemos hoy

, por la doctora Monica Bertagnolli

La doctora Monica M. Bertagnolli

Como investigadora y médica durante más de 30 años, recuerdo a algunos pacientes muy en particular.

En mis recuerdos se destacan quienes tenían un pronóstico inicial muy sombrío y que, después de recibir una terapia experimental, tuvieron una vida plena y activa. Otros, demasiados, tenían un cáncer que no respondía al tratamiento, a pesar de que en el equipo médico hacíamos todo lo posible por cambiar este desenlace. 

Los peores casos eran los de pacientes que podrían haber logrado resultados muchísimo mejores, pero en cuya situación influyeron factores quizás prevenibles. Por ejemplo, las personas con enfermedad avanzada que recibían un diagnóstico tardío por la falta de acceso a los exámenes de detección. 

Como investigadores, nuestros éxitos nos dan esperanza de que encontraremos una solución para cada paciente. Nuestros fracasos nos enseñan lo mucho que nos queda por recorrer. Ambas cosas demuestran que debemos trabajar más duro, colaborar más y con un sentido de mayor urgencia.

Hoy se nos presenta una enorme oportunidad en la investigación del cáncer, que cobra impulso por las décadas de avances formidables. 

Logramos de forma colectiva profundizar en nuestro conocimiento de la biología fundamental del cáncer, ampliar las opciones de tratamiento para muchos tipos de cáncer, crear enfoques y técnicas innovadoras para la detección y el diagnóstico, y aprender más sobre la prevención del cáncer. En los últimos 30 años, las muertes por cáncer disminuyeron en un tercio. Ahora, millones de familiares, amigos, vecinos y colegas logran vivir más tiempo después de un diagnóstico de cáncer.

El año pasado, el presidente Biden anunció que volvería a impulsar la Misión contra el Cáncer (Cancer Moonshot℠). Estableció como metas reducir a la mitad las tasas de muerte por cáncer en los próximos 25 años y mejorar la vida de las personas con cáncer y de los sobrevivientes de cáncer. Estas son metas monumentales, y exigen que actuemos con audacia y con un compromiso duradero. 

Esta semana, el presidente Biden se dirigió a la nación en su discurso del Estado de la Unión. Expresó su visión para acelerar aún más el avance contra el cáncer, un tema central de su Agenda para la Unidad Nacional. Pidió al país (y al mundo) que aunemos esfuerzos para transformar el significado del cáncer de una vez por todas.

Para cumplir con las metas de la Misión contra el Cáncer, se necesitará todo el talento y la capacidad de los investigadores del cáncer, además de la colaboración con todos en el gobierno y el resto de la sociedad. 

Este tipo de colaboración requiere definir con claridad las metas comunes. De esta manera, podremos identificar brechas, aprovechar oportunidades y asegurar que los recursos colectivos se distribuyan de forma intencionada y estratégica para salvar y mejorar la vida de la mayor cantidad posible de personas. 

A fin de que este compromiso y espíritu de colaboración se haga realidad, el Instituto Nacional del Cáncer (NCI) formulará un Plan Nacional contra el Cáncer para guiar nuestra labor en la investigación y el tratamiento del cáncer. El plan incluirá un conjunto integral de metas, estrategias y medidas que se adecuan a la Misión contra el Cáncer. 

El año pasado, el NCI inició tres programas nuevos de la Misión contra el Cáncer:  

Estos proyectos dependen de la colaboración entre el NCI y los aliados en la industria, las instituciones académicas y los centros oncológicos comunitarios. 

El NCI no puede trabajar solo ni tampoco lo hace. Nuestra función es apoyar las mejores investigaciones y coordinar los esfuerzos de toda la comunidad de investigación y atención del cáncer para lograr la mayor repercusión en la prevención, detección, diagnóstico, tratamiento y supervivencia del cáncer. Esta comunidad incluye a los colaboradores de los sectores públicos y privados en el ámbito individual, comunitario y nacional. 

La Iniciativa de Datos sobre el Cáncer Infantil (CCDI) es otro modelo ejemplar. Su estructura facilita que muchas organizaciones e investigadores individuales trabajen juntos para aprender de la experiencia de cada niño con cáncer. La CCDI ofrece una infraestructura que permite recopilar, intercambiar y usar datos de investigación de forma segura y con protección de la privacidad. También establecerá una plataforma de investigación nacional y pondrá nuevas herramientas a disposición de la comunidad de investigadores. 

La CCDI ya recopila los datos de atención clínica y de investigación cada vez que se atiende a un niño con cáncer en los Estados Unidos. Las aplicaciones y el uso de estos datos son cada vez más amplios. 

La investigación que financia el NCI transforma y expande las herramientas disponibles. Pero, en el último tramo, desde la validación de una intervención hasta la adopción generalizada y la aplicación amplia, se requiere que muchos otros participen. Para que nuestra investigación sea muy pertinente, debemos cerrar esta brecha cada vez que se identifique un nuevo enfoque para asegurar que todos nuestros avances beneficien a quienes los necesitan. 

Por cierto, este es el propósito de una nueva iniciativa, llamada Integración de Datos de Investigación, Educación, Atención y los Estudios Clínicos para el Cáncer Infantil (CC-DIRECT). La CC-DIRECT se diseñó para asegurar que la familia de cada niño con cáncer acceda a los conocimientos y los recursos necesarios para recibir tratamientos comprobados y participar en la investigación. 

Esta iniciativa dará apoyo clínico y servicios de orientación del paciente a los niños, adolescentes y adultos jóvenes con cáncer y a sus familiares. También facilitará la participación en la investigación y establecerá un expediente médico de cáncer estandarizado que se podrá trasladar y compartir. La CC-DIRECT se destaca de otras iniciativas parecidas porque es la primera alianza público-privada de este tipo. El NCI colabora con ocho organizaciones que abarcan amplios sectores: gobierno, instituciones sin fines de lucro, grupos de investigación y profesionales clínicos.

Me entusiasma muchísimo encabezar el NCI en este momento tan oportuno. Mis reflexiones apenas ofrecen un vistazo inicial de lo que abordaremos para edificar sobre la base sólida de décadas de investigación y atención del cáncer, y de inversiones en personal y recursos. 

Debemos hacer todo lo que podamos para cumplir con nuestra meta colectiva de acabar con el cáncer que conocemos hoy en día, a fin de que cada persona tenga una vida plena y activa, libre de los efectos dañinos del cáncer. Las personas con cáncer confían en que lo logremos.

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