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Olanzapina ayuda a evitar náuseas y vómitos causados por quimioterapia

, por Equipo del NCI

Paciente que recibe quimioterapia por un puerto colocado en su pecho.

Fuente: Instituto Nacional del Cáncer

Un fármaco usado actualmente para tratar varios problemas psiquiátricos puede ayudar a evitar las náuseas y vómitos en pacientes que reciben quimioterapia, según los resultados de un estudio clínico grande en fase III financiado por el NCI.

Los pacientes del estudio estaban siendo tratados con sustancias de quimioterapia que causan con frecuencia náuseas y vómitos considerables. Quienes fueron asignados al azar para recibir el fármaco olanzapina (Zyprexa®), administrado combinado con tres sustancias ordinarias antieméticas (fármacos que ayudan a evitar las náuseas y vómitos), tenían mucho menos probabilidad de experimentar náuseas, episodios de vómitos, o necesitar medicamentos de “rescate” contra las náuseas para tratar las náuseas y vómitos que los pacientes que recibieron un placebo más los tres fármacos antieméticos.

Los investigadores piensan que los resultados de este estudio grande, publicado el 14 de julio en el New England Journal of Medicine, establecerán probablemente el papel del fármaco como una nueva opción importante para controlar este efecto secundario común y debilitante con frecuencia.

“Para mí, este fármaco ya establece una nueva norma de cuidados”, dijo el autor principal del estudio doctor Charles Loprinzi, del Centro Oncológico de la Clínica Mayo.

Confirmación de la evidencia anterior

Directrices de tratamiento aceptadas ampliamente recomiendan la prescripción de una combinación de sustancias antieméticas para pacientes que están en tratamiento con fármacos de quimioterapia que inducen con probabilidad náuseas y vómitos, como cisplatino, doxorrubicina y ciclofosfamida.

Los fármacos antieméticos, —los cuales actúan en componentes del sistema nervioso central— son dexametasona (un tipo de esteroide) y agentes de dos clases de terapias conocidas como antagonista del receptor 5-HT y antagonistas del receptor NK-1.

Estas terapias pueden ser efectivas solo parcialmente en algunos pacientes, y los investigadores siguen buscando opciones adicionales para evitar o controlar las náuseas y vómitos, los cuales pueden no solo dañar la calidad de vida de los pacientes sino también interrumpir el tratamiento, obstruyendo posiblemente su eficacia.

La olanzapina, la cual fue aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos para el tratamiento de esquizofrenia y el trastorno bipolar, se apunta a receptores en el cerebro que han sido relacionados con náuseas y vómitos. Estudios anteriores mostraron que la olanzapina podría mejorar la eficacia de tratamientos antieméticos existentes, lo suficiente para que la Red Nacional Global del Cáncer la haya recomendado como una opción para pacientes que recibían tratamiento con sustancias de quimioterapia con un riesgo moderado a grave de inducir náuseas y vómitos.

Pero se necesitaba un estudio más grande para confirmar la eficacia y seguridad de añadir la olanzapina a las terapias existentes, escribieron el doctor Rudolph Navari, investigador principal del estudio, y sus colegas.

Resultados “apremiantes”

Más de 400 pacientes se inscribieron en el estudio aleatorizado. La mayoría de los participantes eran mujeres, y el tipo más común de cáncer entre los participantes era el cáncer de seno, con cáncer de pulmón en un segundo lugar más distante. Los pacientes, todos los cuales fueron tratados con cisplatino o con ciclofosfamida y doxorrubicina, fueron asignados al azar para recibir olanzapina o un placebo, en combinación con los otros tres fármacos, inmediatamente antes y 3 días más después de recibir su primera dosis de quimioterapia.

Los pacientes que recibieron olanzapina tuvieron mucha menos probabilidad de experimentar náuseas en las primeras 24 horas después de su tratamiento de quimioterapia (75 % reportaron no tener náuseas, contra 45 % del grupo del placebo), de 1 a 5 días después del tratamiento (42 % contra 25 %), y durante todo el período de 5 días (37 % contra 22 %).

Los pacientes tratados con olanzapina tuvieron mucha menos probabilidad de experimentar vómitos o de recibir medicamentos de rescate para controlar los vómitos durante los períodos de tiempo medidos.

La adición de olanzapina a las otras tres sustancias pareció no causar problemas en general. Algunos pacientes que recibieron el fármaco experimentaron cansancio excesivo o sedación, y aproximadamente 5 % reportaron una sedación grave. Este efecto ocurrió, en general, en el segundo día de tratamiento, dijo el doctor Loprinzi. Pero se compuso bastante en los días siguientes, aun cuando los pacientes siguieron recibiendo el fármaco.

“No vimos que haya habido mareo considerable en el último día o dos del tratamiento”, dijo él.

“Los descubrimientos son ciertamente apremiantes”, dijo la doctora y enfermera titulada Ann O’Mara, jefa de Investigación de Cuidados Paliativos de la División de Prevención de Cáncer del NCI.

Aunque el uso de olanzapina significa que se añada otro fármaco al programa de tratamiento, la doctora O’Mara dijo que ella no sentía que la mayoría de los pacientes o médicos clínicos pensarían que esto fuera un impedimento para usarla. Ella indicó que los pacientes recibirían olanzapina y otras sustancias antieméticas cuatro días a la vez, dijo ella.

“Y, dado que las náuseas y vómitos siguen siendo unos de los efectos más temidos de la quimioterapia, pienso que la mayoría de los pacientes estarán motivados para unirse a esta intervención de corto plazo”, dijo ella.

El estudio solo evaluó el uso de olanzapina para el primer ciclo de quimioterapia. Lo ideal sería tener mejor datos del estudio para usarlos en ciclos adicionales, indicó el doctor Loprinzi. No obstante, continuó él, “no hay indicaciones de que no funcione para ciclos siguientes de quimioterapia”.

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