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La FDA aprobó la terapia de células T con CAR para el linfoma de células de manto

, por el Equipo del NCI

Micrografía de un linfoma de células de manto que se diseminó al intestino delgado.

Fuente: Michael Bonert (por Wikimedia Commons), CC BY-SA 3.0

El 24 de julio, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) aprobó una inmunoterapia para algunos pacientes con linfoma de células de manto, un cáncer de la sangre que crece rápido y que es difícil de tratar. 

El nuevo tratamiento, una terapia de células T con CAR llamada brexucabtagén autoleucel (Tecartus), se aprobó para los pacientes con linfoma de células de manto que no responde a otros tratamientos o que recidivó

El linfoma de células de manto se origina en las célula B, que son un tipo de glóbulo blanco. A la mayoría de las personas con linfoma de células de manto se les diagnostica una forma de crecimiento rápido de la enfermedad cuando ya se diseminó. 

La aprobación de la FDA tuvo en cuenta un estudio clínico, llamado ZUMA-2, en el que se evaluó el brexucabtagén en 60 pacientes con linfoma de células de manto que habían recibido hasta cinco tratamientos anteriores. 

En el estudio, el 87 % de los pacientes respondió a una sola infusión de brexucabtagén, y el 62 % obtuvo una respuesta completa, es decir, ya no tenían signos de la enfermedad por el momento. 

Todos los pacientes se habían tratado antes con un medicamento que inhibe la actividad de BTK, una proteína que hace que algunos cánceres crezcan y subsistan. 

“En nuestro estudio se demostró que la terapia de células T con CAR se podría usar para tratar el linfoma de células de manto que hasta ahora era resistente a otros tratamientos disponibles”, señaló el investigador principal del estudio clínico, el doctor Michael Wang, del Centro Oncológico MD Anderson de la Universidad de Texas. 

Al igual que otras terapias de células T con CAR, el medicamento causa efectos secundarios graves y potencialmente mortales en algunos pacientes. Estos incluyen el síndrome de liberación de citocinas, que produce una fiebre alta y síntomas similares a los de la gripe, además de efectos neurológicos, que tal vez haga que el paciente entre en un estado de coma.  

En el estudio, 3 de 60 pacientes murieron por los efectos secundarios del tratamiento, comentó el doctor Wang. Además, comentó que, sin la terapia de células T con CAR, se esperaba que todos los pacientes en el estudio murieran por el linfoma de células de manto en menos de 1 año. 

“Esta terapia es un avance importantísimo para tratar el linfoma de células de manto resistente al tratamiento y recidivante, y se debe considerar para todos los pacientes con la enfermedad”, señaló el doctor Mark Roschewski, que se especializa en linfomas en el Centro de Investigación Oncológica (CCR) del NCI y que no participó en el estudio clínico. 

Asimismo, explicó que “la aprobación será vital para la atención de pacientes cuyos cánceres son resistentes a los inhibidores de BTK”. “En general, estos pacientes tienen un mal pronóstico, y algunos presentan una forma de crecimiento muy rápido de la enfermedad inmediatamente después del uso de los inhibidores de BTK”.

Un tratamiento personalizado del cáncer 

El brexucabtagén es la primera terapia de células T con CAR que la FDA aprueba para el linfoma de células de manto. Las otras terapias de células T con CAR aprobadas para el cáncer son el tisagenlecleucel (Kymriah) para la leucemia linfoblástica aguda y el axicabtagén ciloleucel (Yescarta) para el linfoma difuso de células B grandes. Los tres medicamentos se dirigen a una proteína en las células cancerosas conocida como CD19. 

Los investigadores también están estudiando las terapias de células T con CAR como posibles tratamientos para muchos otros cánceres aunque, hasta la fecha, el mayor éxito de estos tratamientos se ha logrado en los cánceres de la sangre. Además, el NCI ha puesto en marcha una iniciativa para elaborar terapias de células T con CAR para estudios clínicos en varios hospitales.

Cada dosis de brexucabtagén se fabrica con las células T del paciente, que son un tipo de glóbulo blanco que ataca virus y tumores. En el laboratorio, las células T se modifican genéticamente para que reconozcan y destruyan las células cancerosas de la persona. Estas células modificadas se cultivan en el laboratorio en grandes cantidades y el paciente las recibe en un solo tratamiento. 

En los últimos 10 años, se aprobaron varios medicamentos nuevos, incluso los inhibidores de BTK acalabrutinib (Calquence) e ibrutinib (Imbruvica), que ampliaron las opciones para tratar el linfoma de células de manto. Sin embargo, según el doctor Wang, hace mucho que se necesitaban tratamientos más eficaces. 

“Me empecé a interesar por la terapia de células T con CAR porque esta enfermedad no se cura con las terapias existentes, como la quimioterapia y las terapias dirigidas, ni siquiera con las combinaciones de estos tratamientos”, comentó el doctor Wang, que fue el investigador principal de los estudios clínicos internacionales que dieron origen a las aprobaciones del acalabrutinib y el ibrutinib para uso en pacientes con linfoma de células de manto. 

Explicó que, muchos pacientes con linfoma de células de manto repiten ciclos de remisión y recidiva hasta que al final la enfermedad causa la muerte. 

“Tradicionalmente, el linfoma de células de manto tenía uno de los peores pronósticos de cualquier linfoma de células B, porque la enfermedad avanza muy rápido y la quimioterapia no la cura”, comentó el doctor Roschewski. “Se prevé que casi todos los pacientes tengan recidiva en algún momento”. 

Además, agregó que hasta ahora, los pacientes con linfoma de células de manto recibían tratamiento por tiempo indefinido. Señaló que, “en el caso de la terapia de células T con CAR no se necesita un tratamiento indefinidamente y es posible que cure a algunos pacientes”.   

Resultados del estudio ZUMA-2 

En el estudio ZUMA-2 (financiado por Kite Pharma, el fabricante del brexucabtagén) los participantes recibieron un régimen de acondicionamiento que incluyó quimioterapia seguida por una sola infusión de la terapia de células T con CAR. En una mediana de seguimiento de 12,3 meses, el 57 % de los 60 pacientes en el estudio se encontraban en remisión. 

Se necesita un seguimiento más prolongado para determinar la mediana de supervivencia de los pacientes tratados con el medicamento, indicó el doctor Wang. 

“Todavía no podemos decir si algunos de estos pacientes que tuvieron respuestas completas se curaron, porque para eso se necesita un seguimiento mucho más prolongado”, indicó el doctor Roschewski. “Es posible que algunos estén curados o que esto solo demore la recidiva”. 

También hace falta más investigación para entender mejor cuáles pacientes tienen más probabilidades de responder a la terapia de células T con CAR en comparación con otros tratamientos, como las combinaciones de medicamentos dirigidos, señaló el doctor Roschewski. 

Además, agregó que: “Es probable que estas preguntas importantes se aborden en estudios futuros”.

Los efectos secundarios más frecuentes incluyen una concentración más baja que la normal de ciertos glóbulos blancos, infecciones y un sistema inmunitario debilitado. Según el doctor Wang, un paciente en el estudio murió por el síndrome de liberación de citocinas, y dos murieron por complicaciones de infecciones.  

Indicó que “el tratamiento tal vez haga que las personas sean propensas a tener infecciones, que es muy preocupante”. “Nunca ha sido muy fácil para los pacientes recibir la terapia de células T con CAR”. 

Según una declaración de la compañía, el brexucabtagén se elaborará en la fábrica comercial de Kite en El Segundo (California) para todos los pacientes. En el estudio ZUMA-2, pasó una mediana de 15 días a partir de la leucocitaféresis (un procedimiento en el que se aíslan los glóbulos blancos de una muestra de sangre en el laboratorio) hasta la administración de la terapia. 

El fabricante señaló que, es esencial actuar rápido para tratar el linfoma de células de manto avanzado porque los pacientes están muy graves y la enfermedad avanza rápido. 

El doctor Wang fue becario de investigación en el Centro Internacional Fogarty de los NIH y recibió formación de los investigadores del NCI al inicio de su carrera. Comentó que, “ese trabajo, el estudio de la biología celular y la biología molecular en el laboratorio, me encaminó hacia la investigación sobre el linfoma de células de manto que realizo ahora”. 

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