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Después de un resultado anormal en un examen de detección del cáncer, distintos recordatorios aumentan el seguimiento

, por Linda Wang

Una mujer con uniforme azul en un consultorio habla por teléfono.

En un estudio clínico, una carta y una llamada telefónica ayudaron a aumentar el número de personas que se hicieron las pruebas de seguimiento después de un resultado anormal en un examen de detección del cáncer.

Fuente: iStock

Los exámenes de detección, como las mamografías y las tomografías computarizadas de dosis baja, sirven para detectar los cánceres temprano, pero solo cuando las personas con resultados anormales vuelven para hacerse las pruebas de seguimiento necesarias. Sin embargo, muchas personas con resultados anormales no se hacen estas pruebas adicionales a tiempo.

Según un nuevo estudio, una simple carta y llamada telefónica conducen a un leve aumento en el porcentaje de las personas que se hacen estas pruebas de seguimiento. Los resultados son de un estudio clínico que financió el NCI, en el que se evaluaron a casi 12 000 participantes que seguían atrasados con las pruebas de seguimiento tras recibir un resultado anormal en un examen de detección del cáncer de mama (seno), cáncer de pulmón, cáncer de cuello uterino o cáncer colorrectal.

En el estudio se compararon distintos enfoques para alentar a los participantes a hacerse las pruebas de seguimiento recomendadas. El enfoque más eficaz fue enviar un recordatorio automático sobre la necesidad del seguimiento por medio de la historia clínica electrónica (HCE), junto con una carta y una llamada telefónica.

Cerca de un tercio de las personas que recibieron este tipo de comunicación se hicieron las pruebas de seguimiento, según los resultados publicados el 10 de octubre en la Journal of the American Medical Association (JAMA).

Los participantes del estudio que solo recibieron un recordatorio en la HCE o la atención habitual, es decir, ninguna comunicación sistemática en la HCE u otros medios, tuvieron tasas similares de realización de las pruebas de seguimiento. En estos casos, menos de un cuarto de los participantes se hicieron las pruebas dentro de los 4 meses.

“Para obtener el mayor beneficio posible del examen de detección del cáncer, se necesitan sistemas que incluyan recordatorios en la HCE y otro tipo de comunicación con los pacientes”, afirmó el doctor y máster en Salud Pública Steven J. Atlas, del Hospital General de Massachusetts (MGH), que dirigió el estudio. “Para dar un tratamiento más temprano que cure el cáncer, hace falta dar seguimiento a estos resultados anormales en el momento oportuno”.

“Este es un estudio muy importante”, señaló la doctora Sarah Kobrin, máster en Salud Pública, del Programa de Investigación sobre la Prestación de Atención de la Salud (HDRP) del Instituto Nacional del Cáncer (NCI). “El reto de conseguir que las personas hagan la consulta de seguimiento una vez que tienen un resultado anormal en un examen de detección del cáncer es enorme y no tenemos buenas soluciones. Este es uno de los estudios más grandes centrado en mejorar las tasas de realización de las pruebas de seguimiento”.

El doctor Atlas y sus colegas reconocieron que, a pesar de los múltiples recordatorios, el aumento de las personas que se hacían las pruebas de seguimiento era limitado.

Escribieron que, los hallazgos destacan “la necesidad de entender los factores relacionados con no hacerse el seguimiento, aparte de los recordatorios”.

Atraso en las pruebas de seguimiento

El objetivo del examen de detección del cáncer es detectarlo antes de que la persona tenga síntomas, para que sea posible prevenir o tratar el cáncer temprano, cuando el tratamiento es más eficaz. Un resultado anormal en un examen de detección significa que se identificó algo que podría ser cáncer o que aumenta el riesgo de cáncer. Pero a menudo se necesitan más procedimientos, como pruebas con imágenes y biopsias, para confirmar que lo que se detectó en el examen es cáncer.

En varios estudios se encontró que muchas personas con un resultado anormal no se hacen pruebas de seguimiento. Por ejemplo, en un estudio reciente se encontró que solo alrededor de la mitad de las personas que se hicieron una prueba de detección del cáncer de colon en casa y tuvieron un resultado anormal, recibieron pruebas de seguimiento. En otro estudio, sobre el examen de detección del cáncer de pulmón en veteranos (ex militares), se descubrió que más de una cuarta parte de los veteranos con resultados anormales en el examen se atrasaron con las pruebas de seguimiento o no se hicieron ninguna prueba.

Sin embargo, la responsabilidad no recae solo en los pacientes. Según el doctor Atlas, los proveedores y los sistemas de atención de la salud también cumplen un papel.

“Aunque nos esforzamos mucho para que los pacientes se hagan exámenes de detección de forma sistemática”, mediante mensajes de salud pública y recordatorios dentro de los sistemas de atención de la salud, “no hemos puesto tanto empeño en mejorar el seguimiento después de los exámenes de detección”, comentó el doctor Atlas.

Hay muchos factores que podrían explicar las demoras en dar seguimiento o la falta de seguimiento, indicó la doctora Kobrin.

Algunas personas posponen las pruebas adicionales porque quieren evitar una biopsia dolorosa o temen recibir un diagnóstico que podría cambiarles la vida. Otras quizás enfrenten obstáculos, como la falta de cobertura del seguro u otras complicaciones, como los problemas con el horario de trabajo o con el cuidado infantil, que les impiden ir al consultorio médico.

Los factores estructurales, como la escasez de personal hospitalario y otras limitaciones de recursos, también contribuyen a las demoras en las pruebas de seguimiento.

Los proveedores y los sistemas de atención de la salud usan tres métodos comunes para alentar a los pacientes a hacerse las pruebas de seguimiento: recordatorios automáticos, comunicación directa con el paciente y uso de orientadores de pacientes (personas que los guían dentro del sistema de atención de la salud).

Sin embargo, según el doctor Atlas, hay pocas investigaciones que miden y comparan la eficacia de estas distintas herramientas, por eso, él y sus colegas se propusieron hacerlo.

El poder del seguimiento

En el estudio participaron 11 980 pacientes de 44 consultorios de atención primaria de tres redes de atención primaria (Hospital Brigham and Women's, Hospital General de Massachusetts y Dartmouth Health) con atrasos en el seguimiento de un resultado anormal tras un examen de detección del cáncer de mama (seno), cáncer de cuello uterino, cáncer colorrectal o cáncer de pulmón.

Los consultorios de atención primaria se asignaron al azar a uno de cuatro grupos que recibían una de las siguientes intervenciones:

  • Atención habitual, que incluía comunicación directa y seguimiento a criterio del médico, así como acceso a los resultados del examen en el portal del paciente, pero sin recordatorio en la HCE
  • Recordatorios en la HCE
  • Recordatorios en la HCE y comunicación directa que incluía una carta enviada por correo o mediante el portal del paciente y, en caso necesario, una llamada telefónica del personal del estudio
  • Recordatorios en la HCE y comunicación directa que también incluía, en caso necesario, una llamada telefónica del personal del estudio y una llamada telefónica de un orientador de pacientes

Tanto en el grupo de atención habitual como en el grupo que recibió recordatorios en la HCE, alrededor del 23 % de los participantes se hicieron las pruebas de seguimiento dentro de los 4 meses siguientes de inscribirse en el estudio. En comparación, alrededor del 31 % de los participantes se hicieron las pruebas de seguimiento en dos grupos: el grupo que recibió recordatorios en la HCE, una carta y una llamada telefónica personal; y el grupo que además recibió una llamada de un orientador de pacientes.

Los investigadores también analizaron los datos según el riesgo (o probabilidad) de cáncer que indicaron los resultados de los exámenes de detección.

Los recordatorios adicionales influyeron más en el seguimiento cuando las personas tenían resultados anormales que indicaban un riesgo menor de cáncer en vez de un riesgo mayor de cáncer. Según el doctor Atlas, esto quizás sea porque las personas con resultados más preocupantes en los exámenes de detección necesitan menos insistencia para hacerse una revisión. Los proveedores de atención de la salud también se esfuerzan más por asegurarse de que esas personas se hagan las pruebas de seguimiento.

Los recordatorios también tuvieron efectos diferentes según los distintos tipos de cáncer. Por ejemplo, los recordatorios llevaron a que más personas con resultados anormales en el examen de detección del cáncer colorrectal y del cáncer de cuello uterino se hicieran pruebas de seguimiento, en comparación con quienes tuvieron resultados anormales en el examen de detección del cáncer de mama. El doctor Atlas explicó que las leyes exigen que los radiólogos den seguimiento a quienes tienen resultados anormales en las mamografías, pero no hay leyes parecidas para los exámenes de detección del cáncer de cuello uterino y del cáncer colorrectal.

No fue posible establecer una diferencia según el tipo de recordatorio para el examen de detección del cáncer de pulmón, señaló el doctor Atlas, ya que en el estudio hubo pocas personas que obtuvieron resultados anormales en el examen de detección del cáncer de pulmón.

Lograr el seguimiento después del examen de detección

Aunque agregar una carta y llamadas telefónicas al aviso de la HCE fue útil, la mayoría de las personas del estudio seguían sin hacerse las pruebas de seguimiento a los 4 meses.

Es posible que varios factores contribuyeran a la tasa baja de realización de pruebas de seguimiento, explicó el doctor Atlas. Uno de los factores es que el estudio se realizó durante la pandemia de la COVID-19, cuando las personas postergaban los procedimientos médicos. Además, es posible que la población del estudio incluyera, sin querer, a algunas personas que figuraban como pendientes de hacerse las pruebas de seguimiento, cuando no era el caso.

Asimismo, los investigadores no intervinieron sino hasta que las personas llevaban entre 1 y 6 meses de atraso en hacerse las pruebas de seguimiento. “Yo diría que deberíamos [enviar los recordatorios antes], cuando los pacientes o los profesionales clínicos lo tienen más presente”, comentó el doctor Atlas.

La doctora Kobrin indicó que les tranquilizó saber que las intervenciones sencillas son tan eficaces como las que exigen muchos más recursos.

“El hecho de que [agregar] orientadores de pacientes, una opción cara e imposible para muchos sistemas de atención de la salud, produjera en esencia los mismos resultados [que los recordatorios y una sola llamada telefónica] significa que 'más no siempre es mejor'”, afirmó la doctora Kobrin. 

Señaló que, además de los recordatorios, los proveedores de atención de la salud podrían hacer que sea más fácil para los pacientes y los médicos programar las citas para las pruebas de seguimiento. 

Comentó que, “durante la pandemia descubrimos que, si se ofrecen servicios de vacunación los sábados y por las noches, las personas irán por la conveniencia”. “[Los sistemas de atención de la salud] podrían hacer que sea más fácil que las personas regresen para estas citas de seguimiento”.

El doctor Atlas estuvo de acuerdo: “Hay muchas cosas que nosotros [como comunidad de proveedores] podemos mejorar. En este estudio se identifica por dónde deberíamos empezar”.

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