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Terapia dirigida para tratar el cáncer

La terapia dirigida es el tratamiento del cáncer que actúa sobre las proteínas que controlan la forma en que las células cancerosas se multiplican, dividen y diseminan.

Fuente: Instituto Nacional del Cáncer

¿Qué es la terapia dirigida?

La terapia dirigida es un tipo de tratamiento del cáncer que actúa sobre las proteínas que controlan la forma en que las células cancerosas se multiplican, dividen y diseminan. Es la base de la medicina personalizada de precisión. A medida que los investigadores aprenden más sobre los cambios del ácido desoxirribonucleico (ADN) y las proteínas que inician el cáncer, mejoran la capacidad de diseñar tratamientos dirigidos a estas proteínas. 

¿Qué tipos de terapia dirigida hay?

Para la mayoría de las terapias dirigidas se usan medicamentos micromoleculares o anticuerpos monoclonales.

Medicamentos micromoleculares: medicamentos con moléculas muy pequeñas que penetran las células con facilidad y se unen a dianas (moléculas adonde se dirigen las terapias) dentro de las células.

Anticuerpos monoclonales: proteínas elaboradas en el laboratorio. También se llaman anticuerpos terapéuticos. Estas proteínas se diseñan para que se unan a dianas específicas dentro de las células cancerosas. Algunos anticuerpos monoclonales marcan las células cancerosas para que el sistema inmunitario las identifique mejor y las destruya. Hay otros anticuerpos monoclonales que actúan en forma directa para frenar la multiplicación de las células cancerosas o forzar a que se autodestruyan. Y otros tipos de anticuerpos monoclonales transportan toxinas a las células cancerosas. Consulte más información en Anticuerpos monoclonales.

Tratamiento del cáncer con anticuerpos monoclonales

 Infórmese sobre los anticuerpos monoclonales como el trastuzumab, el pembrolizumab, y el rituximab y cómo se usan para el tratamiento del cáncer.

¿A quiénes se trata con terapia dirigida?

Para algunos tipos de cáncer, como la leucemia mielógena crónica (LMC), en la mayoría de las personas se encuentra una diana para la que hay un medicamento específico, y por eso se usa la terapia dirigida. Pero casi siempre, es necesario hacer pruebas tumorales para saber si hay dianas para las que existe un medicamento.

Las pruebas que se hacen para identificar dianas en el cáncer que luego le ayudarán a elegir un tratamiento se llaman pruebas de biomarcadores. Para obtener más información, consulte Pruebas de biomarcadores para el tratamiento de cáncer.

Quizás necesite hacerse una biopsia para las pruebas de biomarcadores. Una biopsia es un procedimiento en el que el médico extrae un trozo del tumor para analizarlo. Hacerse una biopsia tiene algunos riesgos. Los riesgos dependen del tamaño y la ubicación del tumor. El médico le explicará los riesgos de la biopsia para el tipo de tumor que tenga.

Para obtener más información en inglés sobre los medicamentos de terapia dirigida aprobados por la FDA para cánceres específicos, consulte List of Targeted Therapy Drugs Approved for Specific Types of Cancer.

¿Cómo funciona la terapia dirigida al cáncer?

Casi todos los tipos de terapia dirigida del cáncer funcionan bloqueando la acción de proteínas específicas que estimulan la formación y la diseminación de tumores en el cuerpo. Esta terapia es distinta de la quimioterapia, que suele destruir todas las células que se forman y se multiplican rápido. A continuación, se explican las distintas maneras en que la terapia dirigida actúa para tratar el cáncer.

  • Ayuda al sistema inmunitario a destruir las células cancerosas. Uno de los motivos por los que las células cancerosas crecen es porque se esconden del sistema inmunitario. Algunas terapias dirigidas marcan las células cancerosas para que el sistema inmunitario las encuentre con más facilidad y las destruya. Otras terapias dirigidas refuerzan el sistema inmunitario para que funcione mejor contra el cáncer. Para obtener más información, consulte Inmunoterapia para tratar el cáncer.
  • Detiene el crecimiento de las células cancerosas al interrumpir las señales que reciben para crecer y multiplicarse sin control. Las células sanas del cuerpo normalmente se dividen para formar nuevas células solo cuando reciben señales claras para esta función. Estas señales se unen a las proteínas en la superficie de la célula, que indica a las células que se dividan. Este proceso ayuda a que se formen células nuevas solo a medida que el cuerpo las necesita. Pero en algunas células cancerosas ocurren cambios en las proteínas de la superficie que ordena a las células que se multipliquen aunque no haya señales. Algunas terapias dirigidas interfieren con estas proteínas y evitan que las células reciban la orden de multiplicarse. Este proceso ayuda a disminuir el crecimiento sin control del cáncer.
  • Detiene las señales que ayudan a formar los vasos sanguíneos. Para crecer más de cierto tamaño, los tumores necesitan crear vasos sanguíneos nuevos en un proceso que se llama angiogénesis. El tumor envía señales para comenzar la angiogénesis. Algunas terapias dirigidas llamadas inhibidores de la angiogénesis (o medicamentos antiangiogénicos) obstaculizan estas señales para evitar que se formen vasos sanguíneos nuevos. Sin estos vasos sanguíneos nuevos, los tumores se mantienen pequeños. Y si un tumor ya tiene estos vasos sanguíneos, las terapias dirigidas destruyen los vasos sanguíneos, y esto hace que los tumores se achiquen. Consulte más información en Inhibidores de la angiogénesis
  • Transporta a las células cancerosas sustancias que las destruyen. Algunos anticuerpos monoclonales se combinan con sustancias que destruyen las células, como las toxinas, con medicamentos de quimioterapia o con la radioterapia. Una vez que los anticuerpos monoclonales se unen a las dianas en la superficie de las células cancerosas, las células absorben las sustancias que las eliminan y se destruyen. Las células sin una diana no se dañan.
  • Mata las células cancerosas. Las células sanas mueren de forma ordenada cuando se dañan o ya no son necesarias. Pero las células cancerosas tienen formas de evadir este proceso de muerte celular. Algunas terapias dirigidas hacen que las células cancerosas pasen por este proceso de muerte celular, llamado apoptosis.
  • Privar al cáncer de las hormonas que necesita para multiplicarse. Algunos tipos de cáncer de mama (seno) y de cáncer de próstata necesitan hormonas específicas para multiplicarse. Las terapias hormonales son un tipo de terapia dirigida que funciona de dos formas. Algunas terapias hormonales impiden que el cuerpo fabrique hormonas específicas. Otras evitan que las hormonas actúen en las células, incluso las células cancerosas. Consulte más información en Terapia hormonal para el cáncer de próstata y la Terapia hormonal para el cáncer de mama .

¿Qué limitaciones tiene la terapia dirigida?

La terapia dirigida tiene algunas limitaciones. 

  • Las células cancerosas a veces se vuelven resistentes (no responden) a la terapia dirigida. La resistencia ocurre cuando la diana cambia y la terapia dirigida ya no tiene efecto. También ocurre cuando las células cancerosas encuentran otras formas de multiplicarse que no dependen de la diana. Debido a esta resistencia, es posible que la terapia dirigida funcione mejor cuando se combina con más de un tipo de terapia dirigida o con otros tratamientos del cáncer, como la quimioterapia o la radioterapia.
  • Es difícil elaborar medicamentos para algunas de las dianas. Esto se debe a la estructura de la diana, la función dentro de la célula, o ambas cosas.

¿Cuáles son los efectos secundarios de la terapia dirigida?

Al comienzo, cuando se creó la terapia dirigida, los científicos pensaron que sería menos tóxica que la quimioterapia. Pero descubrieron que la terapia dirigida también causa efectos secundarios graves. Los efectos secundarios dependerán del tipo de terapia dirigida que reciba y la forma en que reacciona su cuerpo.

Los efectos secundarios más comunes de la terapia dirigida incluyen diarrea y problemas de hígado. Otros efectos secundarios incluyen los siguientes: 

  • Problemas de coagulación y de cicatrización de heridas
  • Presión arterial alta
  • Fatiga
  • Úlceras en la boca
  • Cambios en las uñas
  • Descoloración del cabello
  • Problemas de la piel, como sarpullido o sequedad

Muy rara vez, se podría formar un orificio en la pared del esófago, el estómago, el intestino delgado, el intestino grueso, el recto o la vesícula biliar.

Hay medicamentos para estos efectos secundarios. Los medicamentos quizás eviten estos efectos secundarios o sirvan para tratarlos una vez que ocurren.

La mayoría de los efectos secundarios de la terapia dirigida desaparecen una vez que termina el tratamiento.

Consulte más información sobre Efectos secundarios del tratamiento del cáncer y las formas de controlarlos.

¿Qué debo esperar cuando recibo terapia dirigida?

¿Cómo se administra la terapia dirigida?

Los medicamentos micromoleculares son pastillas o cápsulas que se tragan.

Los anticuerpos monoclonales en general se administran por vía intravenosa, es decir con una aguja que se inserta en una vena sanguínea.

¿Dónde voy para recibir terapia dirigida?

El lugar de tratamiento dependerá de los medicamentos y la forma en que estos se deben administrar. Quizás reciba la terapia dirigida en su casa. O quizás reciba la terapia dirigida en un consultorio médico, una clínica o el centro de consultas ambulatorias de un hospital. En las consultas ambulatorias el paciente no pasa la noche en el hospital.

¿Con qué frecuencia recibiré la terapia dirigida?

La frecuencia y la duración de la terapia dirigida dependerá de lo siguiente:

  • El tipo de cáncer y si está avanzado
  • El tipo de terapia dirigida
  • La forma en que reaccione su cuerpo al tratamiento

Podría recibir el tratamiento a diario, cada semana o cada mes. Algunas terapias dirigidas se administran en ciclos. Un ciclo es un período de tratamiento seguido por un período de descanso. El período de descanso permite que su cuerpo se recupere y produzca nuevas células sanas.

¿Cómo me afectará la terapia dirigida?

La terapia dirigida afecta a las personas en formas diferentes. Dependerá de su estado de salud antes de comenzar el tratamiento, el tipo de cáncer, el grado de avance de la enfermedad, el tipo de terapia dirigida que recibirá y la dosis. Los médicos y los enfermeros no sabrán con certeza cómo se sentirá usted durante el tratamiento.

¿Cómo sabré si la terapia dirigida está funcionando?

Verá al médico con frecuencia mientras reciba la terapia dirigida. Él o ella le hará una revisión o examen físico y le preguntará cómo se siente. Recibirá exámenes médicos, como análisis de sangre, radiografías y distintos tipos de exploraciones para obtener imágenes. Las consultas y pruebas periódicas ayudarán al médico a saber si el tratamiento está funcionando.

¿Dónde obtengo información sobre los estudios clínicos de terapias dirigidas?

Los estudios clínicos de terapias dirigidas y de otros tratamientos del cáncer se llevan a cabo en ciudades de todos los Estados Unidos y del mundo. Los lugares incluyen los consultorios médicos, centros oncológicos, centros médicos, hospitales y clínicas comunitarias y hospitales militares y de veteranos.

Si necesita ayuda para encontrar un estudio clínico, comuníquese con el Servicio de Información de Cáncer, un servicio gratuito con atención en español del Instituto Nacional del Cáncer.

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